REPRIMIR LAS EMOCIONES AUMENTA LA ANSIEDAD
- Psic Ernesto Segura
- 5 ago 2017
- 3 Min. de lectura

En más de una ocasión reprimir las emociones se convierte en todo un calvario. Porque las emociones están para ser expresadas, para salir a la luz. No para guardárnoslas.
Cuando tenemos problemas de ansiedad es que hay un problema con las emociones. No las sabemos gestionar bien y tenemos, sobre todo, graves problemas para expresarlas.
¿Te resulta ridículo llorar incluso cuando estás a solas? ¿No te atreves a gritar amortiguando el sonido con una almohada? Si esto te ha ocurrido, puede que tengas un problema de represión de emociones.
¿Qué creencias están actuando sobre ti?
Cuando hay un problema con las emociones es importante detectar aquellas creencias que pueden estar actuando para empujarnos a reprimir las emociones.
¿Cuáles pueden ser estas creencias?
Llorar es de personas débiles.
Mostrar mis emociones es una cosa de niños.
Tengo que controlarme, ya soy adulto.
Soy fuerte, tengo que aguantar.
Hay muchos pensamientos que creemos que son ciertos y que lo único que hacen es favorecer a una serie de acciones que van en nuestra contra.
Cuando somos pequeños expresamos nuestras emociones sin ningún pudor. Pero, poco a poco, nuestros padres nos van intentando cohibir.
Con frases como “compórtate”, “no hagas esto y lo otro”, “deja de llorar” provocan, sin saberlo, una ligera represión que se va haciendo más grande.
Así, en el momento en que llegamos a la vida adulta, nos sentimos como encarcelados en nosotros mismos. No somos capaces ni de llorar cuando estamos solos, ¡a ese punto llegamos de reprimir las emociones!
Sin embargo, aunque todo parezca ir bien, cuando la ansiedad aparece es una clara señal de alerta de que tenemos que dejar que nuestras emociones se expresen.
La ansiedad puede surgir de una manera muy paulatina. No obstante, es un toque de atención y, si no le prestamos la atención debida, al final terminará haciéndose más y más grande.
Cuando la ansiedad aparece debemos mirarnos y empezar a gestionar mejor nuestras emociones.
Esto no significa que tengamos que reprimirlas o controlarlas aún más, sino que debemos permitir que se expresen.
Si estás enfadado, ¿por qué no manifestarlo? No es necesario que grites ni que te transformes en una persona que haga caer su ira encima de los demás.
Debes aprender a escucharte y a ser asertivo. Con las palabras adecuadas, puedes hacer que tu enfado se haga presente y que así no lo guardes dentro de ti.
También, si lo deseas, puedes no expresarlo en público, pero al llegar a casa manifestarlo dando puñetazos contra una almohada o gritando contra ella.
Lo importante es que lo expreses, que salga y que no quede dentro.
No importa si al principio te da vergüenza, ¡nadie te está viendo! Esto es un proceso y será muy liberador para ti.
Si no dejas salir lo que sientes, al final, la ansiedad empezará a controlar tu vida.
Mirar el origen del problema
En ocasiones, para poder dejar de reprimir las emociones y saber qué creencias están actuando en nosotros, es necesario mirar dentro de nosotros a ver qué está ocurriendo.
Pero, ¿por qué nos cuesta tanto eso? Porque duele. Porque en la mayoría de las ocasiones tenemos una herida no sanada que aún supura dolor.
No obstante, aguantar ese dolor y esforzarnos por saber dónde está el origen de lo que está provocando nuestra ansiedad nos augurará un gran éxito.
Solo actuando de esta manera podremos dar con el problema y ponerle solución. Porque siendo conscientes de lo que nos sucede todo será mucho más fácil de resolver.
¿Tienes problemas de ansiedad? ¿Sueles reprimir las emociones? Acabar con todo esto es un proceso largo, tedioso y agotador, pero que tendrá un resultado muy favorable.
Sacar todo lo que tenemos dentro y no permitirnos guardarnos nada, nos ayudará a evitar esas explosiones que a veces sufrimos fruto de esas emociones que, al final, terminan por salir en tropel.
Comments