¿QUÉ PASA EN NUESTRO CEREBRO DURANTE EL ORGASMO?
- Psic Ernesto Segura
- 17 ago 2017
- 14 Min. de lectura

La Psicología analiza el comportamiento de las personas y mundo de análisis va desde lo cotidiano, pasando por lo bizarro hasta llegar a lo sublime. Sin embargo, sería una postura muy cerrada, pensar a nuestra disciplina como la única capaz de entender el maravilloso mundo a nuestro alrededor. Asumir una estrategia epistemológicamente más abierta y transdisciplinaria, nos pone en el universo de entender y complementar con otras disciplinas el entendimiento de la conducta humana como el sexo y particularmente el orgasmo.
Contenido [esconder]
1 Un enfoque neurocientífico social
2 La importancia del sexo en nuestras vidas
3 Los efectos físicos del orgasmo
4 Fases de la excitación para llegar al orgasmo
5 El orgasmo en el cerebro
6 Estudios sobre el orgasmo
7 Las semejanzas del orgasmo masculino y femenino
8 Las diferencias en los orgasmos masculino y femenino
9 ¿Qué intensifica el orgasmo?
10 Las diferentes rutas para lograr un orgasmo
11 Beneficios de tener orgasmos
Un enfoque neurocientífico social
El enfoque utilizado en el presente artículo parte de la neurociencia social, la cual estudia la relación entre los procesos neurológicos del cerebro y los procesos sociales. Este análisis no sólo enfatiza cómo el cerebro influye en la interacción social, sino también cómo la interacción social puede influir al cerebro (Franzoi, 2007).
Nuestros pensamientos, emociones, sentimientos y conductas nos influyen para actuar de diferentes formas, pero también el entorno va moldeando nuestra manera de percibir y enfrentar la realidad.
La importancia del sexo en nuestras vidas
El sexo es la palanca que mueve al mundo, el eje cuyo alrededor giran y se sustentan todos los actos humanos, desde el de consecuencias más resonantes e internacionales hasta el más nimio y más local. El sexo, entre los mortales, es la fuente de alegrías inmensas y también de grandes catástrofes (Dubois, 1999).
Hay actividades que atrapan a las personas de manera general: comer, dormir, las drogas, la música y el sexo. Si no tuviéramos sexo, estaríamos extintos en este planeta. La importancia del sexo en nuestra vida es vital, aunque algunas personas pueden vivir sin él.
El psicólogo de Harvard Daniel Gilbert, realizo un curioso experimento en el año 2010 con hombres y mujeres. Con una muestra de 2250 personas, colocó una aplicación para preguntarles en tiempos aleatorios a los sujetos del estudio ¿qué estaban haciendo en esos momentos y cuán felices se sentían?. Siendo 0 el mínimo y 100 el máximo bienestar. Se enlistan algunas actividades y sus puntajes:
Trabajar, 61,
Leer, ver la tele y cuidar a los hijos, 65,
Ir de compras, 68
Escuchar música y conversar, 74
Hacer ejercicio, 77
Tener sexo con una pareja, 92
La conclusión fue obvia: el sexo es la actividad que nos hace más felices, al menos de forma temporal (Estupinyà, 2013).
Los efectos físicos del orgasmo
El orgasmo es una de las cuatro etapas de la respuesta sexual humana. Los caminos para llegar al orgasmo son múltiples como se podrá ver más adelante: por vía de la estimulación de las zonas erógenas, por condicionamiento como sucede con algunas parafilias (looner porn y podofilia, serán explicadas más adelante), por entrenamiento como sucede en algunas prácticas místicas como en el sexo tántrico, por oxigenación o estimulación eléctrica de la ruta de los nervios sacros (una persona muerta puede experimentar un orgasmo mediante la estimulación de esta ruta, se conoce como el reflejo de Lázaro) e incluso tener un remapeo cerebral (tocar la rodilla y alcanzar un orgasmo).
Es tan fascinante la experiencia que el ocho de agosto se celebra el día mundial del orgasmo femenino. Según estudios internacionales, con la madurez sexual el orgasmo se alcanza de manera más fácil y rápida (Diario Libre, 2016).
Durante un orgasmo, no solo se prenden y apagan áreas del cerebro, también se oxigenan y producen químicos capaces de influir fuertemente en nuestro comportamiento. Los mensajeros químicos que se producen en áreas especializadas del mismo, influyen fuertemente en el comportamiento social. Las hormonas son influidas por las neuronas, pero es una influencia recíproca y además son influidas por el ambiente que nos rodea como lo señala la neurociencia social.
Mediante las técnicas de neuroimagen se puede estudiar el cerebro con lujo de detalle, tanto en lo referente a la estructura como a la función cerebral”, como lo señala Richard Haier, Neurocientífico, Mind Research Network, Univ. New Mexico (Podemos leer la mente, 2011). Estas técnicas generan “mapas” de los cerebros de personas vivas al examinar su actividad eléctrica, estructura, flujo sanguíneo y química (Cunningham et al, 2003).
Fases de la excitación para llegar al orgasmo
Desde la época de los estudios clásicos de Masters & Johnson, se ha llegado a la misma conclusión. En la mujer, un cañonazo, una explosión, el orgasmo femenino es devastador, así lo describe Sophia Jeaneau (2014), en su filme el orgasmo de ella.
El diccionario de la APA (2010) define un orgasmo como el clímax de la estimulación o actividad sexual, cuando se alcanza el punto máximo del placer, que se caracteriza por la liberación de tensión y contracciones rítmicas de los músculos perineales, el esfínter anal y los órganos reproductivos pélvicos. En los varones, el orgasmo también lo acompaña la emisión de semen (eyaculación); en las mujeres, está acompañado de contracciones de la pared del tercio externo de la vagina.
El orgasmo es una parte de cuatro fases que manifiestan tanto en hombres como mujeres y que difieren solo en aspectos determinados por la anatomía masculina o femenina:
Excitación:
Mujeres Los labios vaginales se hinchan y aparece la lubricación vaginal.
Hombres: Un estímulo erótico despierta la libido. Se presenta una vasocongestión y los cuerpos cavernosos se llenan de sangre. Esto provoca la erección del pene. Tarda en producirse entre ocho segundos en los hombres jóvenes, mientras que en los de mayor edad es más lenta y gradual. Se engrosa la piel del escroto y la bolsa testicular y los testículos aumentan de tamaño.
Dura entre varios minutos y varias horas.
Meseta:
Mujeres: El útero se eleva, la vagina se expande y los labios vaginales cambian de color. Las mujeres necesitan al menos 20 minutos de estimulación sexual para entrar en clima y llegar al máximo placer.
Hombres: La excitación se torna constante y uniforme. El glande toma una tonalidad púrpura, porque la vasocongestión aumenta. Los testículos siguen elevándose y se preparan para la próxima eyaculación, y su tamaño se acrecienta hasta ser una vez y media más grande de lo habitual. Las glándulas de Cowper segregan unas gotas de fluido seminal, para lubricar la punta del pene. Durante esta etapa, el 25% de los hombres experimenta efectos como: la piel de distintas partes del cuerpo cubierta de unas manchas rojizas; semejantes a una erupción, la pérdida del control sobre los gestos de la cara, la respiración se acelera hasta alcanzar, en ocasiones, el punto de jadeo.
Orgasmo:
Mujeres: Contracciones del útero y el ano, y terremoto vaginal. El orgasmo en una mujer, dura de 6 a 10 segundos, aunque puede llegar a durar 20 en algunos casos.
Hombres: Está marcada por la eyaculación en los hombres. El orgasmo en los hombres es de cuatro a cinco segundos.
Resolución:
Mujeres: El útero desciende y la vagina vuelve a la normalidad. Puede durar solo unos segundos.
Hombres: Dura entre 15 minutos y un día. Los tejidos de los órganos genitales se vacían de sangre, por lo que se pierde la mitad de la tensión del pene (Jeaneau, 2014; APA, 2010; Silva, 2017; Diario Libre, 2016).
Descrita por las mujeres, un orgasmo es una oleada de placer, una sensación intensa, es el clímax del placer, sientes calor y todo se hincha un poco (los senos, el sexo), son muchas sensaciones muy agradables, lo sientes por todo el cuerpo. “Yo grito y tengo la sensación de que es como un canto”. “Es la unión con el otro, es cuando sientes que estás en comunión con la otra persona”.
El orgasmo puede llegar por diferentes vías (clítoris, vagina, pezones, estimulando el deseo, las emociones y las fantasías, el autocontrol de las paredes vaginales, estimulación del punto G -al principio del canal vaginal-, mediante la estimulación del punto A -al final del canal vaginal, es la que proporciona un orgasmo anal-, ) y todas ellas son interpretadas por el cerebro como un orgasmo.
El deseo es esencial para el orgasmo, es neurológico, cuando se desea a alguien ardientemente el cerebro libera dopamina que incrementa el placer (Jeaneau, 2014).
El orgasmo en el cerebro
El cerebro ha desarrollado una respuesta al miedo para mantenernos fuera de peligro, pero también está dotado de un fuerte impulso sexual para asegurar la supervivencia de las especies. Helen Fisher menciona que: “el orgasmo es una de las experiencias más fuertes para los humanos, así que escudriñar en la mente y descubrir cómo produce el cerebro ese estado de éxtasis resulta emocionante. Recibes un torrente de dopamina, la dopamina es el mismo compuesto químico que se activa cuando consumes cocaína y otras drogas estimulantes. Es una experiencia abrumadora de éxtasis y energía” (El cerebro humano, 2016).
Estudios sobre el orgasmo
La experiencia de analizar el orgasmo en los cerebros masculino y femenino no es exclusiva de un solo investigador, y en esta labor titánica han intervenido afortunadamente muchas mentes brillantes para desenmarañar sus misterios.
En Holanda, el neurocientífico Greg Berns, se empezó abrir camino hace algunos años en la investigación sobre el orgasmo, mostró por primera vez lo que ocurre en el cerebro del hombre y la mujer, en un escáner “PET”, se ve el flujo sanguíneo cerebral en el momento de lograrlo. El cerebro tiene muchos kilómetros de vasos sanguíneos (si pudiéramos formar todas las venas arterias y capilares de una persona le daría dos veces y media la vuelta a la tierra) y cuando las células están trabajando necesitan gran cantidad de sangre cargada de energía y rica en oxígeno, cuando no están trabajando necesitan muy poca. Y se puede ver que partes del cerebro están activas durante la eyaculación o el orgasmo.
Las semejanzas del orgasmo masculino y femenino
Tenemos semejanzas y diferencias a nivel cerebral cuando alcanzamos un orgasmo, la coincidencia más importante es que ambos generan dopamina ante la expectativa del orgasmo y en la consumación del mismo. Y, el control es tomado por el sistema nervioso autónomo, activándose el tallo cerebral. Además de ser la parte más antigua del cerebro humano, es la zona que controla la liberación de dopamina en el cerebro (la dopamina, es conocida como la hormona del placer, regula la motivación y el deseo y hace que repitamos conductas).
También al final del orgasmo en ambos se libera oxitocina, la hormona de la calma, el amor y la sanación.
El miedo y la ansiedad disminuyen o desaparecen y la amígdala cerebral entra en modo de descanso.
Las diferencias en los orgasmos masculino y femenino
Sin embargo, las diferencias son fascinantes:
El doctor Gert Holstege descubrió que los orgasmos de las mujeres implican actividad en el núcleo accumbens, el cingulado anterior, el hipocampo, el hipotálamo y el área preóptica, mientras que en los orgasmos masculinos intervienen el área tegmental ventral, el tálamo y la corteza visual (Wheatley & Puts 2015). En ambos se activan diferentes rutas de la dopamina.
El experimento demostró que en los hombres disminuía el flujo sanguíneo en las zonas relacionadas con la ansiedad, pero otras zonas permanecían en alerta. En los hombres se produce una desactivación de la amígdala, de las zonas que tienen que ver con la ansiedad o el miedo.
La desactivación en las mujeres, fue el hallazgo más importante, hubo una gran desactivación en las zonas del cerebro que tienen que ver con la ansiedad, el miedo y la vigilancia. Al parecer las mujeres se abandonan, pueden llegar a perder la consciencia durante el orgasmo.
La dopamina acompañada de la euforia antes del orgasmo es un rasgo común en ambos. Sin embargo, después en los hombres, simplemente desaparece y en las mujeres baja, pero no desaparece (El cerebro humano, 2016).
Un estudio reciente demostró diferencias sexuales en la pituitaria (se le denomina glándula maestra, debido a que controla muchas de las funciones de otras glándulas) durante el orgasmo, con el orgasmo femenino siendo asociado únicamente con el aumento de actividad en esa región de cerebro. La activación hipofisiaria más alta en mujeres fue interpretada por los autores para significar mayores concentraciones plasmáticas de oxitocina (hormona de la paz, la relación y el descanso), una hormona que se libera de la pituitaria y se encuentra en concentraciones plasmáticas mucho más altas en mujeres que en hombres después del orgasmo (Wheatley & Puts, 2015). Si después del orgasmo se activa más la pituitaria y la liberación oxitocina en las mujeres, bien podría ser la causante de pedir a la pareja que continúe con besos y caricias después de llegar al clímax.
La oxitocina es conocida también como la hormona de la calma, el amor y la sanación. La doctora Kerstin Uvnäs Mober, es reconocida en todo el mundo como una autoridad en oxitocina y señala al respecto: Ciertos estudios en seres humanos han mostrado el aumento espectacular de la tasa de oxitocina en sangre de ambos sexos en el momento del contacto sexual, que llega al máximo durante el orgasmo. Después del coito a menudo nos sentimos relajados, o hasta adormecidos. A veces es en ese momento en el que nos sentimos más en intimidad con nuestra pareja, y nada importa más que estar junto a la persona amada (Uvnäs, 2009).
Hipotálamo
No es de extrañarse que en hombres y mujeres se desactiven zonas del cerebro para que no sienta ansiedad ni miedo y nos concentremos simplemente en el orgasmo. Los psicólogos evolutivos creen que esta diferencia entre hombres y mujeres, puede tener sus orígenes en la prehistoria cuando éramos cazadores recolectores. Las mujeres podrían desconectarse materialmente, pero los hombres debían estar alertas aún después de aparearse para no ser comidos por alguna fiera.
¿Qué intensifica el orgasmo?
Pasar de una reacción fisiológica un tanto mecánica a una sensación altamente placentera en el orgasmo, puede ser intensificado a través de los siguientes aspectos:
A diferencia del pene, el único propósito del clítoris es proporcionar placer. No interviene con el proceso reproductivo.
Entre el 50 y el 80% de las mujeres que alcanzan un orgasmo, lo hacen por estimulación clitoridial, con o sin penetración vaginal.
Con el tiempo el clítoris se hace más grande. A los 35 años, es cuatro veces más grande que cuando la mujer tenía 15. Después de los 45, el siete veces más grande que al nacer. Es por ello que las mujeres mayores llegan más rápido al orgasmo.
El clítoris no es la única zona de orgasmo femenino dentro y alrededor de la vagina. El punto G (en la parte interior de la vagina), está conectado directamente con el clítoris y también es fuente de orgasmos.
Es el órgano sexual femenino más sensible, interruptor de orgasmos por excelencia.
La parte externa del clítoris (glande, tallo y cuerpo) contiene más de 8 mil terminaciones nerviosas que se conectan con una red de más de 15 mil terminaciones nerviosas más en la región pélvica. El pene tiene solo 4 mil terminaciones nerviosas.
Los orgasmos del clítoris no son inferiores a los vaginales, por el contrario, poseen la misma intensidad y, en sentido estricto, todos los orgasmos se producen debido a que se conectan con el clítoris a través de las terminaciones nerviosas.
En 1998, la australiana Helen O´connell logró obtener la anatomía completa del clítoris gracias a estudios de imagen de resonancia magnética hechas a voluntarias. Antes de esa fecha, solo se mostraba la parte externa del clítoris y se desconocía el volumen real del tejido eréctil (Meraz, 2014).
Las diferentes rutas para lograr un orgasmo
El orgasmo es un reflejo del sistema nervioso autónomo, es parte del sistema nervioso que trata con las cosas de las que no tenemos control consciente; como la digestión, el ritmo cardiaco, la excitación sexual. Y el reflejo del orgasmo se puede disparar por una gama sorprendente amplia de estímulos (Roach M. (2009).
Experimentar un orgasmo; se puede hacer solo, en pareja, acompañado con accesorios o utensilios, acompañado de más personas o incluso de animales u otros objetos para algunos de nosotros poco convencionales, los caminos son tan personales como se elijan, las posibilidades son casi infinitas. Y, se experimentan incluso estimulando zonas del cuerpo que nada tienen de erógenas.
Es claro que los orgasmos están relacionados con el sistema de recompensa que genera dopamina. Sin embargo, estas neuronas pueden responder cuando se les asocia a algún estímulo no erótico y estás responden también con una recompensa inesperada. En psicología esto se conoce como estímulo condicionado y es asociar un estímulo neutro como lo hacía Iván Pavlov al sonar una campana y asociarla a la presencia de comida de sus perros. Si esta actividad se seguía presentando en repetidas ocasiones, posteriormente el perro empezaba a salivar con tan solo el sonar de la campana y entonces se hablaba de un estímulo condicionado. El sonido de la campana asociado a la presencia de comida, hacia al perro salivar y esperar a continuación ser alimentado.
En palabras sencillas las rutas para alcanzar un orgasmo pueden estar asociadas a cualquier estímulo neutro (los perros, los pies, las axilas, el cabello, la orina o el excremento, etc.) que asociado a la producción de dopamina y el contacto sexual, producen de forma natural un condicionamiento en la conducta. Si esto se hace de forma repetida, cuando se presenta un estímulo neutro y se asocia al sexo en alguna modalidad como lo podemos ver más adelante se presenta una parafilia o una forma distinta de obtener dopamina asociada al sexo o a un orgasmo.
Y, pueden resultar en una mezcla de placer, dolor, sorpresa, amor, pasión, erotismo, deseo o solo sexo sin amor:
Mediante la masturbación o autoerotismo (acariciarse, teniendo fantasías, estimulando el clítoris)
Con el control del cuerpo, algunas mujeres pueden producirse un orgasmo contrayendo los músculos de su vagina (Jeaneau, 2014).
Con sexo oral o cunnilingus
Mediante la experiencia de alguna parafilia, como por ejemplo los looner porn, personas que inflan globos (estímulo condicionado), juegan con ellos, o simplemente los llevan al punto máximo de resistencia hasta que revienten y con ello consiguen un orgasmo.
Experimentando un parcialismo sexual (atracción erótica por alguna parte distinta de los genitales, pero con el mismo deseo): podofilia o fetichismo por los pies, maschalagni o atracción por las axilas, nasofilia o deseo erótico por la nariz, la tricofilia o atracción por el cabello y la pygofilia o deseo erótico por las nalgas, el masoquismo o experimentar placer y dolor (físico o psicológico) al mismo tiempo, urofilia o lluvia amarilla se experimenta por poner en contacto a la pareja con la orina, coprofilia o lluvia de meteoritos es el fetichismo por poner en contacto a la pareja con el excremento, eproctofilia una variedad de coprofilia, es el fetichismo o gusto por los gases de la pareja (Roble, 2017). Zoofilia o bestialismo excitación sexual del contacto con animales, somnofilia o atracción por acariciar y realizar sexo oral a una persona dormida hasta despertarla, olfactofilia excitación debida al olor de la transpiración especialmente de los genitales, narratofilia excitación sexual sólo al escuchar narraciones eróticas, hirsutofilia atracción por el vello dysmorfofilia excitación sexual por personas deformadas, choreofilia experimentar excitación sexual al bailar, agonophilia excitación proveniente de luchar con la pareja, alorgasmia excitación proveniente de fantasear durante el acto sexual con otra persona que no sea la pareja (Galamoth, 2012), y la lista continúa.
La diversidad de alcanzar el orgasmo tiene más caminos sorprendentes y cada vez nos hace conocer más.
Quienes practican el sexo tántrico pueden lograr un orgasmo con tan solo concentrarse y hacer ejercicios de respiración. Lo cual requiere preparación. Los hombres llegan incluso a tener algo que llaman eyaculación retrógrada y pueden durar en el acto sexual mucho más de lo que en promedio tiene un ser humano común.
La psicóloga y divulgadora científica Mary Roach (2009) en su charla de TED TALKS menciona otras rutas distintas para llegar al orgasmo, que corresponde a un remapeo cerebral pero que activa las mismas rutas del placer a nivel cerebral:
Menciona una mujer que logra el orgasmo cuando alguien le acariciaba la ceja.
Señala orgasmos de rodilla reportados en la literatura especializada.
Una mujer que tenía orgasmos cada vez que se cepillaba los dientes, realizando ésta acción senso-motora. Si yo tuviera esta condición, seguro tendría una dentadura blanquísima.
Un dato por demás sorprendente es el que una persona muerta puede experimentar un orgasmo como un acto reflejo, se conoce como reflejo de Lázaro. La explicación es la siguiente: La sede principal del orgasmo a lo largo de la médula espinal es algo que llamamos la ruta de los nervios sacros. Si uno la provoca, si la estimula con un electrodo en el punto preciso, se provoca un orgasmo.
Beneficios de tener orgasmos
Desconecta casi en su totalidad el cerebro de las mujeres.
Desconecta parcialmente el cerebro de los hombres.
Puede curar el hipo (Roach M. (2009).
Te relaja.
Tener orgasmos y eyacular de acuerdo al sexólogo británico Roy Levin, podría fomentar la fertilidad y necesita renovarse a la semana antes de que empiece a desarrollar anormalidades para la fecundación.
Mejora el flujo sanguíneo, relaja y oxigena la sangre.
Genera endorfinas (analgésicos naturales), y al mejorar el flujo sanguíneo y oxigenar nuestro torrente disminuye los dolores de cabeza, menstruales, de muelas y muchos otros más.
Nos hace más felices al liberar dopamina y nos permite posteriomente analizar los problemas de manera más objetiva y calmar las emociones (nos hace ser emocionalmente más inteligentes).
Genera una sensación de mayor cercanía con la pareja al liberar oxitocina (la hormona de la paz, el amor y la sanación).
Al aumentar los niveles de dopamina contra resta la hormona del estrés (cortisol) y mejora los niveles de serotonina combatiendo también la depresión.
Por el esfuerzo que se realiza, al tenerlo quemas calorías (de 127 a 500) y ayuda a combatir el insomnio. Produce narcolepsia postcoital y duermes como angelito, y la responsable de este efecto son las grandes cantidades de oxitocina que se liberan en la sangre.
Al mejorar la microcirculación sanguínea, mejora el estado de la piel y el funcionamiento de nuestros genitales. Así como, la oxigenación del cerebro.
Genera vínculos de cercanía con la pareja.
Mejora nuestra autoestima.
Los hombres que eyaculan con mayor regularidad tienen una incidencia menor de cáncer de próstata.
Un estudio realizado en la Universidad de Wilkes en Pennsylvania observó que las personas que llegan al orgasmo presentaban en un 30% un anticuerpo que ayuda a fortalecer el sistema inmunológico (Hermosilla, 2012).
La sandía, el ajo, los arándanos, los mariscos, el chocolate amargo, las frutas cítricas y los frutos secos ayudan a tener orgasmos más intensos (Diario Libre, 2016).
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