CONSECUENCIAS FISICAS Y PSICOLÓGICAS DE LA BULIMIA
- Psic Ernesto Segura
- 2 ago 2017
- 7 Min. de lectura

Las consecuencias de la bulimia en la salud puedes ser físicas y psicológicas: desequilibrios químicos, problemas en el esófago, problemas para masticar la comida, problemas renales, pancreatitis, osteoporosis, anemia, irritabilidad, depresión, trastornos de ansiedad, adicción a sustancias, aislamiento social y otras que a continuación te explicaré.
Cuando se tiene bulimia, se juzga duramente la forma, tamaño y peso del propio cuerpo. Para paliar ese descontento se comienza desarrollando dietas estrictas para perder peso.
Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, el hambre desencadena que se desee comer de forma compulsiva. Entonces aparecen los atracones, que mientras transcurren aportan una sensación de confort, pero enseguida llegan sentimientos de culpabilidad y vergüenza que crean la necesidad de purgarse.
Lo curioso es que las personas que la padecen tienen tanto miedo a engordar que aun conociendo las graves consecuencias que estos hábitos tienen en la salud, no son capaces de frenarlos.
Las consecuencias de la bulimia en la salud pueden consistir en efectos perjudiciales sobre un conjunto de sistemas y órganos diferentes, siendo algunos efectos menos y otros más peligrosos para la vida.
Podemos definir la bulimia como la presencia de episodios de atracones, o ingestión de una inmensa cantidad de alimentos en un corto periodo de tiempo, seguido de diversas estrategias para evitar el aumento de peso que esa comida va a provocar.
Se utilizan métodos purgantes, por ejemplo: laxantes, diuréticos, vómitos forzados, o ejercicio físico extremo. Todo este proceso se repite y va acompañado de gran sufrimiento y sensación de pérdida de control. (Aquí puedes conocer los tipos de bulimia que existen)
Parece que la motivación que impulsa este comportamiento es una obsesión por bajar de peso, debido a la desconformidad con la forma o tamaño del cuerpo.
De forma contradictoria, las personas que padecen bulimia normalmente no lo manifiestan en su apariencia. Es decir, pueden tener un peso corporal dentro de lo normal e incluso sobrepeso.
Sin embargo, existen otros motivos ocultos en esta enfermedad: el deseo de control, las ansias de perfeccionismo, las ganas de entrar dentro de las exigencias culturales o familiares, y la necesidad de paliar a ansiedad y el estrés que esto le genera.
Consecuencias físicas de la bulimia
1- Desequilibrios químicos
Los ciclos de atracones y purgas pueden afectar a todo el sistema digestivo, lo que da lugar a desequilibrios químicos y electrolíticos.
Los electrolitos controlan funciones esenciales del organismo y algunos de ellos son el potasio, el magnesio, calcio, fósforo o sodio. Suelen perderse tras una pérdida intensa de fluidos corporales o deshidratación, como puede ser el que ocurre tras las purgas.
Cuando se descompensa el equilibrio entre el sodio y el potasio, los cambios en la señalización eléctrica del corazón pueden ocasionar irregularidades en el funcionamiento del corazón. Concretamente insuficiencia cardíaca, latidos irregulares e incluso muerte.
Si falta sodio, se da una bajada de la presión arterial y mareos. En cambio, si hay carencia de magnesio, aparece debilidad muscular, hormigueos y calambres.
2- Exposición a ácidos del estómago
Al vomitar, las personas con bulimia exponen su boca a lo potentes ácidos del estómago, que son los responsables de descomponer los alimentos en el estómago.
Como consecuencia, los dientes se dañan e incluso se pueden perder, ya que los ácidos pueden destruir el esmalte que protegen los dientes.
Se manifiesta por manchas en los dientes, caries, dolor, sensibilidad dental inusual a los alimentos muy fríos, calientes o dulces, inflamación de las encías, gingivitis, etc.
Además, la exposición continua a los ácidos estomacales puede deteriorar las glándulas salivales ocasionando hinchazón y dolor en las mejillas. Esto da aspecto de cara ancha e inflamada.
3- Problemas en el esófago
Inflamación, deterioro e incluso ruptura del esófago por los frecuentes vómitos forzados. También por el contacto con los ácidos estomacales se pueden producir úlceras y estrechamiento anormal del esófago por la inflamación de éste. Se puede manifestar con la aparición de sangre en los vómitos.
A veces puede aparecer un fenómeno llamado reflujo gastro-esofágico, es decir, que por el hábito de vomitar el contenido del estómago vuelve a la boca de forma espontánea.
Se da también dificultad para hablar o ronquera por el desgaste del esófago.
4- Dificultades para masticar y tragar la comida
Estas dificultades se dan por los daños provocados en la boca y esófago debido a los frecuentes vómitos.
5- Motilidad intestinal inadecuada
El intestino presenta movimientos irregulares y por el abuso de laxantes, se produce estreñimiento crónico y hemorroides. Otros efectos gastrointestinales abarcan diarrea, calambres y distensión abdominal.
6- Retraso del vaciado del estómago
7- Ruptura gástrica
Se puede dar ruptura gástrica por los fuertes periodos de atracones. Existe situaciones graves de alteraciones intestinales en la bulimia que pueden hacer imprescindible la intervención quirúrgica para que el sistema digestivo vuelva a funcionar correctamente.
8- Problemas renales
El abuso prolongado de diuréticos puede alterar el funcionamiento de los riñones, ocasionando infecciones urinarias, producción de cálculos o arena en el riñón, e incluso puede llegar a aparecer necrosis renal que provoca finalmente la pérdida del riñón.
9- Úlceras pépticas
Las úlceras peptídicas son lesiones en forma de cráteres que aparecen en la mucosa del estómago o del duodeno.
10- Pancreatitis o inflamación del páncreas.
11- Problemas respiratorios
Se pueden dar problemas respiratorios, ya que puede suceder que, al provocar el vómito, entren en las vías aéreas una pequeña cantidad de ácidos gástricos. Por eso no es de extrañar que se produzcan neumonías o bronquitis.
12- Otros problemas físicos
Otros aspectos físicos incluyen piel seca, presión arterial y pulso muy bajo, calambres, cansancio muscular, debilidad, desmayos y pérdida de conciencia.
13- Temperatura corporal baja
De hecho, estas personas suelen ser más sensibles al frío.
14- Osteoporosis
15- Anemia o falta de hierro
16- Atracón de comida basura
El tipo de comida que suele ingerirse en los atracones es calórica, con escasos valores nutricionales y con gran cantidad de azúcar. Normalmente son dulces, galletas, helado o chocolate.
Por lo tanto, los pocos nutrientes que el cuerpo puede llegar a absorber no son los mejores para la salud.
17- Efectos secundarios de medicamentos
El uso excesivo de algunos medicamentos para provocar el vómito como el jarabe de ipecacuana pueden tener graves efectos secundarios como diarrea, presión arterial baja, dolor de pecho, y problemas para respirar.
18- Peso corporal fluctuante e inestable,
Peso corporal fluctuante e inestable, debido a los desequilibrios de nutrientes y a periódicas desnutriciones.
19- Cambios en los ciclos hormonales de la mujer
Estos cambios alteran su menstruación y capacidad reproductiva. Incluso puede que se dé amenorrea o ausencia de menstruación. En los hombres se puede encontrar estancamiento en el aparato reproductor.
20- Callos en los dedos de las manos
Un signo visible que aparece como consecuencia de los vómitos provocados frecuentes son las callosidades o heridas en los dedos, especialmente en los nudillos. Estas señales se observan cuando la persona se provoca el vómito con las manos, por la presión de los dientes.
21- Lanugo, fragilidad en cabello y uñas
Otros signos observables son el lanugo, o vello fino y largo que cubre toda la piel para protegerla debido a la ausencia de grasa, pérdida de cabello, uñas quebradizas, palidez, etc.
22- Bulimia y embarazo:
Las bulímicas que están embarazadas tienen el doble de riesgo de presentar distintas consecuencias para su salud, como abortos involuntarios, partos prematuros, problemas respiratorios, preeclampsia o hipertensión en el embarazo.
Otras consecuencias son necesidad de cesárea, bebé con bajo peso corporal al nacer o incluso, que el bebé muera al nacer.
También estas personas presentan más peligro de desarrollar depresión durante y después del embarazo.
23- Diabetes
Curiosamente es habitual encontrar adolescentes con diabetes tipo 1 y bulimia. Esto ocurre porque al tratarse con insulina (para alcanzar niveles adecuados de glucosa) comienzan a ganar peso rápidamente, lo que lleva a algunos a evitar la insulina para volver a perder peso.
Al no tratarse la diabetes, el individuo está en riesgo de desarrollar múltiples complicaciones médicas como insuficiencia renal o ceguera.
Consecuencias de tipo psicológico y repercusiones en la vida diaria
24- Irritabilidad y altibajos en el humor.
25- Depresión asociada a los intensos sentimientos de culpa y vergüenza tras los atracones, ansiedad y obsesiones.
26- Trastornos de ansiedad como fobia social, trastorno de pánico, trastorno obsesivo-compulsivo, etc.
27- Adicción a sustancias: en más de un tercio de las personas con bulimia, se dan trastornos por abuso de sustancias.
28- Trastorno Límite de la Personalidad: existe una relación de la bulimia con el trastorno límite de la personalidad, respecto a otros trastornos de la conducta alimentaria.
29- Ideación suicida y riesgo de suicidio por el gran malestar que sienten estas personas continuamente al estar insatisfechas siempre con su imagen corporal. Además, no están ajenas a su situación: notan perfectamente que están dentro de un círculo vicioso que no tiene salida.
30- Imagen corporal distorsionada: en muchos casos, la distorsión va aumentando a medida que avanza la enfermedad. Por ejemplo, en testimonios en los que los afectados se han recuperado, relatan con frecuencia que un día repentinamente se miraron en el espejo y se percataron de su aspecto real (evidentemente flacos) cuando siempre habían pensado -falsamente- que tenían sobrepeso.
31- Aislamiento social por diversos motivos: la persona se encuentra cansada, soñolienta y sus pensamientos giran en torno a la comida. También puede ocurrir que por el descontento que siente con su propio cuerpo no le apetezca salir ni relacionarse, aunque normalmente evitan eventos sociales porque se suele beber o comer. Suelen estar atentos continuamente a sí mismos, volviéndose totalmente egocéntricos como consecuencia de la enfermedad.
Si vive con la familia, puede tener enfrentamientos con ellos por querer desaparecer a la hora de las comidas, negarse a comer o evitarlos constantemente.
Es habitual además una pérdida de la libido y falta de interés por conocer a posibles parejas.
32- Dificultad para atender, concentrarse y memorizar.
33- Bajo rendimiento laboral o escolar: unido a lo anterior y debido a que la persona no tiene energía suficiente. Además, las pocas fuerzas que le quedan las gastan en rumiar sus obsesiones respecto a la comida y su cuerpo, conductas de compensación como ejercicio físico excesivo o cocinar o comprar comida.
34- Reducción de las horas de sueño o insomnio, ya que el hambre y la falta de nutrientes provoca frío, calambres y alteraciones en el sueño. Como consecuencia de esto, la persona va a estar más cansada aún, y va a ver las cosas de forma más negativa.
35- Sentimientos de culpa: como consecuencia derivada, pueden tener grandes sentimientos de culpa cuando empiezan a darse cuenta de que su enfermedad les ha traído consecuencias negativas en su vida: no son capaces de realizar actividades de ocio como sus iguales, han perdido el trabajo o dejado los estudios, han dejado de lado a sus amigos, se sienten mal por engañar o hacer daño a sus familiares, etc.
A pesar de la severidad de este trastorno y sus peligrosas consecuencias, la bulimia puede ser tratada con éxito. De hecho, aproximadamente la mitad de las personas bulímicas se recuperan completamente gracias al tratamiento adecuado.
Es importante que se intervenga lo antes posible para que los daños sean menores y más fáciles de reparar.
No obstante, hay que saber que la bulimia es un trastorno muy persistente y que produce obsesiones muy difíciles de olvidar. No es extraño, por tanto, que ocurran recaídas en momentos de estrés. No hay que entrar en pánico, sólo buscar ayuda.
Debemos tener presente que la recuperación de un trastorno mental como es la bulimia no es inmediata ni lineal, sino que es algo que va oscilando: tiene sus momentos mejores y peores y las recaídas son normales, lo importante es saber levantarse.
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